viernes, 7 de enero de 2011

¿Manos... o cara?


Cara, mucha cara es la que tienen algunos. Y caras, muy caras las tarifas de los impostores.

Aún no he visto a ninguno de estos iluminados ofrecer sus "poderes" para dejar de fumar.

Creo que es más fácil abducir a los propietarios de bares y restaurantes para que se declaren insumisos a la ley antitabaco (Castellón), o la líen a palos con las máquinas expendedoras de droga nicotínica (País Vasco).

¡Qué 2011 nos espera!