lunes, 22 de junio de 2009

La central nuclear de Garoña es segura (Cap. 9)


El Consejo Rector de la central ha decido mantenerse reunido de forma permanente a la espera de la decisión del Gobierno.

En la foto los vemos a todos juntos, unidos, sí, pero también preocupados y más que por ellos por el país y por hacer de este territorio una nación puntera y autónoma, con sus puertos deportivos, campos de golf y obras faraónicas por doquier.

Ellos han cumplido con creces y no entenderían cómo una instalación modélica como es la central nuclear de Garoña fuese ninguneada y condenada al cierre y el olvido.

¡Ay, que lejos queda aquel 1971 en el que el mismísimo, y generalísimo, Francisco Franco inauguró el complejo energético!

Desde aquí les deseamos a estas abnegadas personas toda la suerte del mundo: "yes, you can!"

Y fin (que ya me he cansado de este rollete)

La central nuclear de Garoña es segura (Cap. 8)


A pesar de la crisis y de la carestía de la vida, en Santa María de Garoña nadie pasa hambre.

Y como muestra en la foto tenemos un gorrión, que luce lustroso y saludable. Y todo gracias a esa empresa puntera y ejemplar que tanto ha hecho directa o indirectamente por la flora, la fauna y los habitantes a 50 km a la redonda (...o más).

Continuará...

domingo, 21 de junio de 2009

La central nuclear de Garoña es segura (Cap. 7)


Los responsables de la central no quieren dejar ningún cabo suelto y han pedido ayuda al Sr. Berlusconi, quien ha enviado a una experta en "comunicación oral" para que les ayude y se responsabilice del gabinete de prensa con los políticos.

Dado lo eficiente que ha demostrado ser el equipo del Cavalieri en cuanto a crear simpatía y buen rollito con el electorado italiano, se espera un efecto parecido entre los sectores más combativos con la energía nuclear.

Continuará...

La central nuclear de Garoña es segura (Cap. 6)


En un alarde de transparencia, el director de la central nuclear va a permitir la visita de un grupo de escolares para que comprueben in situ qué es una central nuclear y puedan transmitir al exterior sus "sensaciones".

El grupo escolar elegido es el del aula de atención educativa especial del colegio La Purísima Concepción, donde unas monjitas muy buenas y abnegadas atienden a un grupo de alumnos con discapacidades visuales, auditivas y locomotoras.

En la foto podemos ver al Sr. Eusebio, en la puerta de la central, esperando a la ambulancia-autobús-escolar para guiar y ofrecer a los visitantes todas las explicaciones que le pidan.

Continuará...

La central nuclear de Garoña es segura (Cap. 5)


Los dueños de la central se quejan desde Madrid, donde residen, de lo tendenciosa y miedica que es la gente con el rollo de la radiactividad.

Ponen como ejemplo a los que viven más cerca de la central y que son precisamente los que quieren que continue. ¿Si tuvieran miedo o les fuera perjudicial no serían los primeros que querrían su cierre?

Pues no, señores, no. Los habitantes de Santa María de Garoña luchan porque esa central siga en funcionamiento para siempre.

No están dispuestos a perder el confort y bienestar que han alcanzado y el ahorro en calefacción e iluminación nocturna gracias al calorcillo y luminiscencia que desprende todo el complejo de la central desde que se rompió aquella tubería allá por... uff, ni me acuerdo, era tan pequeño!

Continuará...

sábado, 20 de junio de 2009

La central nuclear de Garoña es segura (Cap. 4)


Tal era la ilusión de los responsables de la central nuclear por seguir funcionando que ya hace tiempo habían preparado medidas de seguridad complementarias para el reciclado y almacenaje de los residuos radiactivos.

En la imagen se puede observar el pozo de confinamiento de residuos.

Con esta medida se refuerza la seguridad de todo el proceso ya que los residuos quedan dentro de los terrenos de la central, o en los colindantes, que se les fue un poco la mano por la parte de arriba al hacer el agujero, y ya no hay que sacarlos con la carretilla hasta el contenedor azul de la plaza del pueblo y que, por cabezonería del alcalde (que no es del PSOE, pero que con estas cosas lo parece) tenían que compartirlo con los desperdicios de la pescadería que está en esa misma plaza.

Continuará...

La central nuclear de Garoña es segura (Cap. 3)


Los responsables de la central, a lo largo de todos estos años, han hecho continuas mejoras y ahora la dotación tecnológica y el control de todos los procesos es impresionante.

Sin ir más lejos, recientemente adquirieron licencias legales de Windows-95 para el ordenador que controla el número de neutrones libres en el núcleo del reactor, que son los responsables de que la fisión del uranio se haga con orden y no de manera explosiva y que podría conducir a la fusión del núcleo y, y... y nada, porque eso no va a pasar.

Así mismo tiraron la casa por la ventana y también modernizaron la pantalla y el teclado del ordenador para poder trabajar con ese nuevo sistema operativo de vanguardia, que además ya viene preparado para el efecto del año 2000 y para el del 3000. La pantalla no la hemos podido sacar en la foto porque el tubo de rayos catódicos ocupa un montón, aunque tampoco hubiera lucido mucho ya que en una foto en color, una pantalla en blanco y negro...

Continuará...

La central nuclear de Garoña es segura (Cap. 2)


La central nuclear ha sido fundamental para el desarrollo de la zona y ha dinamizado otros sectores distintos del energético.

Por ejemplo, todos los sábados hay un mercadillo de venta ambulante de frutas y verduras que se cultivan en los alrededores y que destaca por la gran variedad y exotismo de tan ricos manjares.

En él podemos encontrar variedades que no tienen ni en la sección de frutas del Corte Inglés.

Continuará...

La central nuclear de Garoña es segura (Cap. 1)


El Gobierno parece que quiere cerrar la central nuclear de Garoña, sita en la provincia de Burgos.

Esta central, la más antigua de España, ha sobrepasado la vida útil de la misma, pero sus dueños y responsables opinan que sigue estando en plena forma para seguir produciendo electricidad y no entienden la oposición de parte de la población (mayormente la de los que no trabajan en y para la central) y de este gobierno de rojos de mierda, que parece que quieren cumplir con una de sus promesas electorales, sin entender que esas promesas se hacen en campaña electoral para quedar bien y conseguir los votos de 4 ecologistas y 3 verdes que luego no entienden nada de alta política energética ni de posicionamientos estratégicos supranacionales.

En la fotografía vemos a los jóvenes y dinámicos ejecutivos responsables de la seguridad de la central en una reciente rueda de prensa.

Continuará...

martes, 16 de junio de 2009

El verano


Cuando era pequeño solía ir con mis padres a pasar parte del verano a casa de mis abuelos maternos. Vivían en un pueblo pequeño, en el que hacía mucho calor, y la paz y la quietud eran las señas identificativas.

La casa era una casa de pueblo no demasiado grande, ya que mi familia es de origen humilde, pero para mí un lugar enorme, lleno de espacios góticos y misteriosos que explorar y conquistar.

Tampoco puedo recordar exactamente cómo era la casa, pues sé que se hicieron varias reformas que se solapan en mis recuerdos infantiles y, cuando era adolescente, con la muerte de mi abuela, mi madre y todos mis tíos y tías se pelearon por la exigua herencia, vendiendo rápidamente, entre otras cosas, la casa, con lo que no hay posibilidad de refrescar la memoria.

Estaba situada en la parte alta del pueblo, lejos de la carretera por la que se llegaba tras un buen rato de viaje desde la ciudad en la que vivíamos.

Desde la carretera, una cuesta pronunciada salpicada de tierra y piedras conducía a una especie de pequeña planicie donde se agrupaban unas cuantas casas, algunas de las cuales estaban en ruinas y a donde nos prohibían ir a jugar por el peligro de que se terminaran de caer.

La puerta era de madera, de las que se abren en dos partes y que generalmente la de arriba está abierta, permitiendo acceder al cerrojo de la parte baja.

La pared exterior, en singular, era blanca, con piedra en la parte de abajo y unas pequeñas ventanas con postigos de madera. Y digo en singular porque a derecha e izquierda lindaba con otras casas y la parte posterior daba a una zona de árboles y matorrales muy tupidos e inaccesibles. Eso sí, había una tapia de piedra que nos aislaba de ese exterior selvático y salvaje.

Desde la entrada se iba a la zona donde se guardaban los animales. Había una zona sombría donde estaba el pesebre con la mula, un pequeño recinto para la cabra y un cerdo, un lugar habilitado como pajar y un patio donde había jaulas con conejos y por donde correteaban las gallinas y un gallo con el que mantenía una pugna por el control del territorio.

Allí solía bajar con un látigo a enfrentarme al gallo que, cuando me veía, intentaba dejar claro que esa era su parcela pero yo, armado con la fusta, lo mantenía a raya.

Luego venía la bronca de mi abuela, que me decía que si asustaba al gallo las gallinas no pondrían huevos y, claro, yo no entendía la relación de una cosa con la otra. ¡Ay, la tierna infancia!

Por unas escaleras angostas e irregulares se subía a la primera planta donde estaba una amplia cocina con una mesa larga que solo se llenaba en verano, cuando volvían los hijos e hijas pródigos con sus retoños, y que pertenece a algunas de esas reformas que se hicieron, y que no sé a qué sustituyó.

Había también un comedor pequeño desde el que se accedía a 2 dormitorios, uno de ellos sin puerta y con una cortina liviana para salvaguardar la intimidad.

En un rincón estaba la fresquera, donde se guardaban esas cosas que los de la ciudad metíamos en un armario blanco llamado nevera, con un espacio para dejar un trozo de hielo que se compraba en un almacén donde había unas barras grandes de hielo, de las que te partían un trozo, y que luego, con la evolución de la tecnología, y el poder adquisitivo, se enchufaron a la red eléctrica y se les cambió el nombre por el de frigorífico.

En esa planta también había una pequeña estancia, con una chimenea y una mesa pequeña de madera cubierta con un hule de cuadros verdes y blancos donde solían darme de cenar a mí. Era muy pequeño ese espacio porque del original se sacó sitio para un cuarto de baño que se hizo en una de esas múltiples reformas de la casa original.

Desde ahí y por otras escaleras irregulares y mal iluminadas se llegaba al desván, lugar maravilloso y fértil terreno para mis fantasías.

El desván era un lugar muy amplio donde se guardaban cosas inútiles y pequeños tesoros.

En esa estancia, y aunque no recuerdo cuándo, se habilitó un pequeño cuarto con una cama también pequeña que solicité y se me asignó, supongo que con alivio y alegría, por parte de los adultos que verían aumentada su libertad en las horas de los "sueños".

Siempre he tendido a la soledad. Tal vez mi condición de hijo único haya influido de manera decisiva en tener que ser autosuficiente desde pequeño y a buscar en el interior lo que otros buscan en las personas de alrededor.

En el desván, dueño de mi espacio vital, arropado por el calor de las mantas, era libre para soñar y para vivir mil aventuras que se sucedían en mi mente infantil.

Los ruidos y las sombras que me arrullaban nunca me dieron miedo y mantenían alejadas de mis dominios a primas y primos de mi edad y que también aparecían por casa de mis abuelos en verano. Además, la aureola de valiente y de superhéroe, me acompañaba en mis relaciones con ellas.

He "vuelto" muchas veces a ese desván, a meter la mano en la tinaja de las aceitunas, a cascar almendrucos para comer la almendra ligeramente amarga, a jugar a tendero con la pesada romana, a cazar insectos que entraban por una ventana a pesar de la malla fina que tenía, a descubrir que en aquella casa había habido otros tiempos mejores, de los que nadie hablaba, y que los delataban un gramófono y discos de baquelita que nunca escuché allí. También la existencia de una máquina de fotos Kodak, de las de fuelle, aunque tampoco nunca vi ninguna foto sacada con ella.

El gramófono, los discos y la cámara están ahora junto a mí. Fue lo único que pude salvar antes de que todo se tirase o se vendiese en el fragor de la batalla alimentada por una codicia mal entendida.

Mi último fracaso sentimental me ha conducido de nuevo a abrazarme a la soledad, al recogimiento interior. Me cuesta salir e intentar conocer nuevas personas. Me da miedo abrir la caja de mis sentimientos y volver a sufrir cuando las expectativas se frustren. Sé que no estoy siendo positivo, pero vuelvo una y otra vez al "desván" donde puedo soñar y donde me siento protegido.

Son espacios, recuerdos y, como he descrito en otros artículos, olores que me transportan en un viaje por el tiempo.

La vuelta de ese viaje, como la de todos los demás, suele ser traumática. Es la contraposición de lo vivido a otro ritmo y en otro lugar, con la realidad de la vida cotidiana y monótona. Es el archinombrado "síndrome postvacacional".

Lo que pasa es que es mal asunto si eso se da antes de las vacaciones, y yo hasta el día 4 de julio no me voy, así es que tengo que poner un poco de orden y cada trauma vivirlo en su momento.

sábado, 13 de junio de 2009

Idus de junio


Copio textualmente de Wikipedia:

"Los idus eran días de buenos augurios que tenían lugar los días 15 de marzo, mayo, julio y octubre y los días 13 del resto de los meses.

La fecha es famosa porque Julio César fue asesinado en los idus de marzo del año 44 a. C. Según el escritor griego Plutarco, César había sido advertido del peligro, pero había desestimado la advertencia.

Lo que es más extraordinario aun es que un invidente le había advertido del grave peligro que le amenazaba en los idus de marzo, y ese día cuando iba al Senado llamó al invidente y riendo le dijo: "Los idus de marzo ya han llegado"; a lo que el invidente contestó compasivamente: "Sí, pero no se han ido".

Aunque el calendario romano fue sustituido por los días de la semana modernos alrededor del siglo III, los idus se siguieron usando coloquialmente como referencia durante los siguientes siglos.

Shakespeare en su obra Julio César, en 1599, los citaba al escribir la famosa frase: ¡Cuídate de los idus de marzo!.
"

Y traigo aquí esta cita porque hoy, según el calendario romano, estamos en el Idus de junio y hoy, precisamente hoy, es mi aniversario.

¿Día de buenos augurios... o me voy a encontrar con un "Bruto" cualquiera, embozado y empuñando un cuchillo?