lunes, 24 de agosto de 2009

Agosto


Poco a poco el verano va acabando. Sigue el curso de todos los años y, a pesar del calor de estos días, el final de agosto marca la frontera de la vida relajada a la rutina del resto del año.

En julio estuve de vacaciones, en agosto trabajando a medio gas y, con la semana que viene, vendrá el agobio de tener que recuperar y poner en marcha la maquinaria productiva, venciendo el nerviosismo de todo el mundo al que le parece que si no le atiendes se le acaba el oxígeno.

Bueno, quizás exagero un poco, pero es la sensación que me invade y para la que ya me estoy preparando.

El año pasado tuve un final de agosto un tanto abrupto y doloroso.

Todavía sigo dándole muchas vueltas a lo que me ocurrió y me invade una sensación desagradable en el estómago, como de nausea, a la vez que respiro hondo y trato de mirar para delante.

De todas formas, esa vuelta a la velocidad normal en el trabajo este año para mí va a ser más llevadera. La segunda semana de septiembre la empresa me envía a un congreso en Santander, ciudad que me gusta mucho y con un atractivo muy especial: paisaje, gastronomía, ocio, la amabilidad de una ciudad pequeña y la tranquilidad de sus gentes. Así es que, aunque esté "trabajando", seguro que tendré tiempo para disfrutar de todos esos atractivos que he citado.

Después, como cualquier otro mortal, me quedará por recorrer la empinada cuesta de septiembre.

domingo, 2 de agosto de 2009

Orientación


Cuando uno está perdido lo que tiene que hacer es buscar puntos de referencia para orientarse.

Hoy, el omnipresente GPS facilita la labor enormemente, pero no hace mucho la altura del sol o las estrellas, un astrolabio, un reloj y unos buenos mapas, compases, reglas y cartabones eran los instrumentos imprescindibles.

Yo no tengo GPS. Me he resistido a comparme otro juguete más para cargar, enchufar, programar... y llevar en la guantera del coche. Quizás es que tampoco viajo lo suficiente como para echarlo en falta.

Y para la otra orientación, la que a mí me vendría muy bien, no hay GPS que valga.

Tal vez tenga que levantar la cabeza por las noches y buscar esa Estrella Polar que marque la dirección a seguir para encontrarme o que me encuentren. Lo que pasa es que en el planeta del Principito el cielo nocturno no se ve igual que desde la Tierra.

Y ya que estamos en eso de levantar la cabeza y mirar el cielo nocturno, quiero recordar que las noches de los días 11 y 12 de este mes, con suerte, nos podemos encontrar con el espectáculo de las estrellas fugaces. Son las Perseidas.

Si somos capaces de orientarnos, mirando hacia el sur-este es por donde tenemos más posibilidades de verlas y disfrutar de ellas... Pidamos deseo o no.